Acrílico sobre tabla, 170x62, 1997
De esos paseantes con sombreros y periódicos bajo el brazo, pinté unos pocos por los 90 y casi siempre en formatos grandes y alargados que después tenían el problema añadido de su almacenaje. Así que a la mayoría les perdí la pista y pueden que todavía sus siluetas enchaquetadas y apresuradas cuelgen de algún hueco de escalera en alguna casa serrana o sevillana.
Lo encuentro sobrio y elegante.¡Me gusta!.
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