lunes, 27 de septiembre de 2010

Tejados de Chongqing


Acuarela y rotulador, 18x14, 2010


Desde la planta 15 del Hotel Hilton de Chongqing la vista de la ciudad era impresionante, un contraste tremendo de rascacielos ricos y pobres, una neblina eterna difuminando siluetas de edificios y creando una profundidad abstracta. Un viejo estadio de futbol semi derruido y un parque donde la vegetación se mezclaba con estos tejados verdes muy orientales, dominaban el primer plano de la vista. Y en el parque, desde nuestra ventana, desde muy temprano veíamos el fluir diario de viandantes, el trasiego de autobuses, ancianos practicando su Tai-chi mañanero, los transportadores de mercancías con su largo palo sobre los hombros, la curiosa comisaría de policía al aire libre, los jugadores de cartas callejeros, siempre en cuclillas, y a la caida de la tarde la coreografía coral que se marcaban un muy nutrido grupo de señoras.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Biberón para Violeta


Rotulador, 19x14, 2010


Dibujo realizado en el aeropuerto de Chongqing el sábado 11 de Septiembre mientras esperábamos el avión que nos llevaría de nuevo a Pekín.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Gran Muralla


Acuarela y rotulador, 19x14, 2010


Una de las visitas obligadas del viaje chino era la gran muralla. A menos de una hora de Pekín, rodeado de altas montañas, visitamos una pequeñísima parte de este monumento barrera, muy famoso por su longitud y por ser una de las últimas maravillas del mundo. Pero por encima de estar visitando un lugar especialmente famoso y no muy único ( el mundo está lleno de murallas, por desgracia), el sentimiento que tenía en aquel momento era el de que un elemento estorbaba exageradamente en el entorno. Había sentido lo mismo en mi primer viaje a Fez cuando me sumergí de repente en un viaje a la Edad Media, por callejuelas llenas de olores, luces y rincones inigualables pero con el mismo estorbo de este último viaje a la Gran Muralla: una numerosísima legión de turistas rompiendo magias y encantos.

martes, 21 de septiembre de 2010

Lectora en el Aeropuerto de Pekín


Rotulador,19x14, 2010


Fechado el 4 de septiembre de 2010, es uno de los pocos dibujos del natural que he podido realizar en este viaje asiático. Pocos si lo comparamos con mis últimos viajes a París y Berlín, pero las circunstancias así lo han querido. Una vez con la niña, la cosa se hacía muy complicada aunque algunos he podido realizar incluso con ella en brazos.

lunes, 20 de septiembre de 2010

domingo, 19 de septiembre de 2010

Comedores de Olla Mongol


Acuarela y tinta china, 32x22, 2010


El plato estrella de la gastronomía de Chongqing es la Olla mongol, equiparable en España a lo que sería la tortilla de patatas o la paella como platos populares. Es un plato para compartir, que se degusta en la misma olla, integrada en cada mesa del restaurante y con su hornilla de gas debajo. El comensal es el que debe echar poco a poco los ingredientes a la olla y esperar que estos se cocinen. Lo suyo es comerlo muy picante y entre sus ingredientes hay una gran variedad de algas, setas, carne, brotes y otras tantas y extrañas verduras chinas que hacen de la olla una comida muy original.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Callejones de Chongqing


Acuarela y tinta china sobre papel, 32x22,2010


Chongqing es una ciudad impactante, con sus más de 30 millones de habitantes y una destartalada arquitectura que mezcla cientos de rascacielos modernos con otros que parece estar a punto de derrumbarse o de haber sobrevivido a un bombardeo, es como una Nueva York sobre cuestas pero sin barrios bajos pues en todas partes está esa singular mezcla de edificios. Una permanente neblina impide apreciar bien su profundidad y recuerda mucho a la ciudad escenario de Blade Runner pues a su población asiática se le une una sempiterna lluvia suave casi todos los días de septiembre. Es la ciudad de los mil contrastes, atravesada por el río Yang-Tse, el tercero más largo del mundo, la vista nocturna desde uno de los grandes barcos que navegan por sus bravas aguas, es única y espectacular.

En sus callejones se pueden encontrar miles de antros, tugurios y locales de mala muerte, cutres y coloristas, donde se mezclan todo tipos de actividades y negocios, sobre todo para los que se quieran aventurar a comer, y donde se pueden encontrar personajes de la china más profunda.

Mil sensaciones he sentido en esta ciudad única y descomunal pero sobre todo Chongqing pasará a mi historia como la ciudad donde viví el momento más emotivo de mi vida: conocer a mi hija Violeta Wen.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Fumador


Témpera sobre cartulina, 50x32, 1999

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Morena


Témpera sobre cartón, 30x21, 2002