Témpera sobre cartón, 42x30, 2012
De esos músicos callejeros que te crean sentimientos contradictorios, por un lado hay una simpatía, una estética , puede que cutre, y una música añeja que a veces te traslada a otro tiempo, por otro lado, pueden ser pesados como anclas, interrumpir momentos dulces y hacer con un gesto que la música sea un lastre.
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