Enoaguada, 40x30, 2014.
El Jueves, un grupo de pintores del entorno de Jerez inauguramos una exposición en los baños árabes, con un denominador común: las obras deben estar pintadas con vino de la tierra.
Anecdóticamente, había realizado algún dibujo con tinto hace algunos años, pero lo de ahora suponía un ejercicio de experimentación, probando los diferentes caldos jerezanos en distintos soportes de papel, viendo las dificultades del secado de algunos de ellos, los matices de color en solitario o cuando son mezclados entre sí. Menos Fino, cuya claridad ni siquiera quise probar, esta obra lleva Palo Cortado, Cream, amontillado, oloroso y tinto jerezano, que es el que da el lila del fondo. Al final para los trazos de los contornos me ayudé de tinta, rebajada con vino, porque lo difícil es crear contrastes y hé aquí el resultado. El tema es una versión de mi dibujo lebrijano dentro de la bodega El tropezón,
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