martes, 7 de enero de 2020

Antonio Aguera

Barro cocido, 2002
Esta cabeza la modelé en clase de Volumen en el Ies las Cumbres de Ubrique hace 18 años, como una demostración de retrato. Era un regalo sorpresa para mi amigo Antonio Aguera, magnífico pintor ubriqueño, ahora decano de los pintores del pueblo, al que ya había retratado del natural en un óleo, en el mismo año. Desde que se la regalé, está en un rincón de su mágico estudio de la calle Higueral, en la casa que nació.

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