Oleo sobre tabla, 122x80, 1993
Recuerdo esta obra como una de mis primeras composiciones con mesas y sillas de bares en gran formato. Juego con 2 puntos de vistas, por una parte el picado de la mesa y todos su objetos y por otra la frontalidad del personaje principal y del camarero. Alguien me comentó sobre esta obra que pareciera que todo lo que está sobre la mesa se está cayendo al suelo porque el personaje, al cruzarse de piernas, lo tira todo y que le entraban ganas de poner las manos para evitar posibles roturas. Pintado en mi estudio de la calle conejitos del Puerto, hace 14 años que cuelga de un hueco en la escalera de acceso a mi estudio actual.
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