Acrílico sobre tabla, 82x32, 2002
Pintado al natural desde una orilla del arroyo Pajaruco de Benaocaz, en un invierno no tan lluvioso y húmedo como éste, pero en donde ya me quedé impresionado ante la belleza y la humilde espectacularidad de algunos de sus saltos y cascadas. Tengo pendiente volver a pintarlo en estos días y ante la nueva previsión de lluvias más valdría echar unas fotos y pintarlo de estudio, pero no es lo mismo, in situ uno pinta lleno de las sensaciones que te provocan el estruendo del agua, el ambiente húmedo y los aromas de las plantas, sensaciones como esas son impagables y luego te las rememora la visión del cuadro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario