Témpera sobre cartulina, 48x22, 1996
Seguiremos poniendo toreros doloridos por los sinsentidos, por los ataques hacia la libertad, por los politiqueos asquerosos y la dañina ignorancia de los que en nombre de la dignidad de los animales se comportan como tal, para querer asestar una estocada a una tradición llena de belleza.
No me gustan los toros. No he encontrado la belleza. Encuentro, sin embargo, mil razones para que los demás la encuentren y considero un acto delictivo que unos cuantos señores y unas cuantas señoras, movidas por intereses bastardos, cegados por el soberanismo independentista, obcecados en la hostilidd contra lo español por ser español, hayan decidido prohibir la Fiesta en Cataluña. Estoy indignado. Imagino como estarás tú, amigo, conociéndote, conociendo tu trabajo, que los trabajos que uno hace con pasión son la vida. Y te han dejado un poco sin ella, imagino. Es casi un pésame este comentario. Un abrazo fuerte, Manuel.
ResponderEliminarComo aficionado siento la belleza en la emoción de ciertas faenas o en algún pequeño detalle de un torero artista. Pero como pintor taurino la siento por todos lados, es un mundo lleno de color, de movimiento y formas que se prestan mucho a mis exageraciones y a mis nerviosos trazos.Es de mis iconografías favoritas junto al flamenco, los bares, los libros y las mujeres así que imaginas bien mi indignación.Un abrazo, Emilio.
ResponderEliminar