Acrílico sobre tabla, 60x25, 1991
Esta es de aquellas tablitas de okume que me pintaba en las calurosas tardes de Mayo o Junio del 91, en mi etapa de pieles blancas, en Algodonales, casi todas inacabadas pero todas llenas de encanto para mí, huella de una época muy fructífera llena de frescura y espontaneidad, algo cada vez más dificil de lograr.
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