Rotulador y aguada, 2018.
Un bar romano, frente a la vía del Gessú, en el que tuve que refugiarme de la lluvia y la fuerte tormenta y donde pude tomarme un capuccino y dibujar a los personajes que en ese momento desayunaban en el local regentado por un chino nulo de expresiones y mientras esperaba la apertura de la tienda de enfrente, Ditta G. Poggi, tienda de material artístico que era de obligada visita en el viaje, pero donde no encontré los cuadernos cuadrados para Cari. Poco antes el tiempo había acompañado y había podido dibujar La Piazza del pópulo y de la Minerva, sita muy cerquita del bar
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