Vista que teníamos desde el hotel de Stuttgart donde pasamos una noche, camino de Zúrich. El hotel, con vistas a un animado parque y unas colinas llenas de chalets, estaba situado muy céntrico, en una calle peatonal muy comercial por donde paseamos y tapeamos, Ay, que error, en un bar de tapas españolas que se tornó en el peor sitio en donde comimos en el viaje alemán y es que por momentos olvidamos ese consejo al viajero, de no comer en presuntos bares de comidas españolas cuando estamos lejos. Para colmo al salir del bar de tapas nos encontramos con una magnífica feria de la cerveza y pescado, que ya no pudimos saborear en plenitud, aunque hicimos un poder para probar algún salmoncito con gambas. La mañana siguiente la pasamos paseando por el zoo de Zúrich, uno de los mejores del país.
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