Casi siempre en las historias de Santas mártires, hay un varón mosqueao o un maromo con hechuras de galán ofendido y de mal perder, que ante el rechazo de la virgen, le hace pasar a la criatura un sinfín de penalidades y de torturas atroces, que la hace convertir en santa mártir, como a mi querida Santa Liberata. Aquí interpreto una imagen del manierista Sebastiano del Pombo, donde la santa siciliana parece una cabaretera en pleno número, pero nada más lejos de ello, la pobre sufre el mal perder del Cónsul Quintanius, que despechao por sentirse rechazao, no tiene otra el joputa que mandar que le arranquen los pechos a la muchacha. Otros pintores, como Zurbarán y Piero de la Francesca, también la representaron, pero en una actitud más recatada y pudorosa: muy serena y muy vestida llevando una bandeja con sus dos pechos, cual pastelitos de coco. Es vecina de festividad de mi querido san Blas, el 5 de Febrero, y patrona de las enfermeras y de ciudades como Catania, su ciudad natal y de Madrid, entre otras.
He visto algún documental sobre el renacimiento, en capítulos, uno dedicado al manierismo,
ResponderEliminarHabía que tener mucho resentimiento, como mucha violencia, para ordenar semejante acto contra una mujer. Parece de película gore.
Es interesante esa versión como una cabaretera, con su anatomía a punto de ser dañada, drasticamente.
Me parece significativo que la ropa que le queda, esté desgarrada.
Toda una obra de arte la que hiciste.
Muchas Gracias, además es muy gratificante interpretar obras clásicas, llevándolas a tu terreno, expresándote con tu lenguaje pero con los elementos y la composición que creó el artista que interpretas, en este caso, Sebastiano.
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