Témpera sobre cartulina, 25x32, 2009
Anoche ví a los jerezanos de La Zaranda representando su última obra, ¨Futuros Difuntos¨, la historia de una lucha por el poder en un manicomio donde ha muerto el gerente. Esta obra, más dramática, me gustó menos que las anteriores, pero en el fondo lo que importa es ser fiel a una estética y a un estilo único sobre el escenario. La Zaranda no sólo representa cuadros muy plásticos y de intenso dramatismo en sus obras, sino que desde su estética de lo cutre, lo roto y lo viejo, su estética de vieja taberna de moscas y polvo, nos traslada a un momento atemporal y nos regala cientos de imágenes que bien podrían pertenecer a la España negra de Solana.
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