Acrílico sobre tabla, 100x70, 2006
Siempre me ha gustado exponer mi obra en bares, de hecho los bares son una de mis temáticas favoritas y mi primera exposición , allá por el 83, fue en un bar de mi pueblo, el desaparecido Makoki de la calle Mayor. Allí vendí mi primer dibujo, ¨torero herniao¨ por 1753 pesetas, por entonces no me gustaban los precios redondos. Las salas de exposiciones están llena de una frialdad que generalmente no encuentras en los bares, más expuesto al calor humano y a las miradas anónimas, las obras se integran en el espacio y sirven de decorado para encuentros, situaciones y tertulias, reuniones de amigos o copas solitarias. En 2003 expuse en el bar las cuatro esquinas, en el casco viejo de Ubrique, un lugar con un encanto especial para mostrar mis toreros, cantaores, tangos, mujeres, multitudes y sobre todos mis bares. El cuadro que ilustra esta entrada está pintado al natural desde su puerta, en el concurso de pintura rápida que el bar convoca para el primer sábado de septiembre.
El Arte no está pagado con nada.Yo no sabría ponerle precio a una obra de arte, y mira que valoro lo que hacéis los artistas.Sería como querer tasar la inmensidad del mar o el cielo azul.
ResponderEliminarLa impronta artística que derrochas en cada gesto, en cada trazo, en cada tono ,merece el reconocimiento de todos.Tus fondos negros son los que pintan sobre el color, los que reclaman al espectador, los llenan y alientan la vida de tus personajes.
Desde mi más profunda admiración, un abrazo: CHARO