Aguada sobre papel de estraza, 32x23, 2005
Verano tranquilito tras el ajetreado y estresante junio. Julio ha comenzado con buenas noticias pues lo más seguro es que el próximo curso esté por mi entorno jerezano, y no me tenga que desplazar a lejanos parajes casi albaceteños precisamente por ser un desplazado, que puede hasta sonar mal y hasta tener connotaciones negativas, pero que ahora mismo es una palabra que me sabe a gloria bendita.
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