( Falso grabado, 70x50, 1988)
Estuve muchos años realizando Falsos Grabados, técnica que descubrí por Cari en tercero de carrera y que tuvo mucho protagonismo en mi obra por lo menos en una década. Es un proceso lento y con el resultado final siempre con un porcentaje de sorpresa, pues no podemos tener control total sobre la aplicación de la tinta china. Se dibuja a lapiz sobre papel de acuarela, se colorea con témperas espesas y de buena calidad, dejando siempre una separación entre color y color, pues en esos huecos de papel es donde después se meterá la tinta para definir el trazo final, muy parecido a los trazos del grabado. Una vez seca la témpera se aplica tinta china por todo el dibujo , oscureciéndolo totalmente. Hay que quitar la tinta con agua a mucha presión, procurando no pasar la mano. El resultado es que se va toda la tinta de encima de la témpera, pero queda en los huecos que dejamos, igualándose los colores en intensidad. Quizás el nombre de la técnica no haga justicia ni al proceso ni a los resultados, pues muchos que la escuchan por primera vez piensan que por lo de falso no debe tener mucho valor cuando su valor es muy superior , al ser obra única, al de un verdadero grabado generalmente seriado. Más de un cliente, extranjero normalmente, ha intentado devolvérmelo tras leer que en la técnica ponía falso.
Este Falso grabado de Lagartijo estuvo expuesto por primera vez en la Tertulia del Teatro Sanjuan de Ecija, formando parte de mi primera exposición taurina allá por el 1988. Después lo he expuesto en muchos sitios: La Carbonería de Sevilla, Camas, Sanlucar, Cádiz, Jerez, Ubrique...pero ya sin precio, pues es de esos cuadros de los que no queremos desprendernos y que siempre tendrá su lugar preferente allá donde uno vaya.
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