Visita a Benaocaz, huyendo de las inoportunas obras de un vecino sin crisis y tiro por la culata. Allí las obras no son de vecinos, son municipales, varias calles levantadas, albañiles madrugadores y gran aparato excavador y gruístico para darte los buenos dias. Poca sensación de vacaciones y tranquilidad, unido a que el verano ya de por sí, es la época más desagradecida para visitar estas sierras, hacen que nuestra visita se acorte considerablemente. Al menos disfrutamos de una corta velada en casa de viejos amigos, degustando calabacines con tempura, chacinas de la tierra y cervecita de barril sobrante de un bautizo reciente.
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