( Oleo y Acrílico sobre tabla, 90x60, 2000)
En Agosto de 2000 un grupo de amigos decidimos alquilar una casa en Aracena y participar en el concurso de pintura rápida de Cortelazor. Creo que era mi tercera experiencia en este tipo de concurso tras haber participado ese mismo año en el de Nerva y en el de Benaocaz que, en esa edición, gané. El de Cortelazor era un concurso muy reputado y muy bien dotado economicamente, con lo menos diez premios y patrocinado por la prestigiosa revista El Punto de las Artes, cuyo director era natural del pueblo. Al margen del fuerte calor- no se deberian convocar concursos por esas fechas- nos lo pasamos muy bien pintando , alternando y recolectando ( recuerdo que pinté a la sombra de un ciruelo del que dí buena cuenta), descubrimos el oscuro peso de los pintores grises y disfrutamos de las exquisitas viandas del terreno, sobre todo el jamón ibérico con que nos agasajó la organización. El resultado es este vangoniano cuadro que desde 2001 cuelga de las paredes de mi piso benocaceño.
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