( Linograbado, plancha de 32x22, 2009)
Desde que un verano de hace tres años derribaron con nocturnidad y desagradable sorpresa para todos el tabanco del Nono,con su impresionante barra de caoba labrada, el tabanco del Pasaje, entre las calles Mesones y Santa María de Jerez, se puede considerar el último superviviente de esos templos del vino ideales para tertulias y charlas con los amigos, con el encanto de las botas tras la barra de madera vieja y el detalle de conservarse en esencia casi igual que en su fundación en 1925.
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