( Escenas Playeras, Acrílico sobre cartón negro, 30x21, 2001)
Ayer, a la enésima visita playera, por fin degustamos unas exquisitas sardinas a la plancha , uno de los mayores placeres del verano. Para ello tuvo que venir mi familia del pueblo y pasar el día enterito en la playa, la de Cortadura, y hacer algunas escapadas exploradoras a los chiringuitos de la zona. En el primero ponen pegas, las sardinas deben ser en la mesa, todas las mesas están reservadas y siendo la una, todavía no abren la cocina: si cierran este chiringuito, ante la cruel amenaza política, no pasaría nada, mejor. En el segundo, por fín el ansiado manjar, cervecita fresca y chuperreteo de dedos.Ya en la orilla un poquito marisqueo e incontable baños en un agua limpia y fresca ante el calor que provocaba un levante, por fortuna, no muy potente. Y en la recogida, la playa que se va llenando cada vez con más gente, en vez de irse la gente llega y es que estamos en los prolegómenos de las barbacoas del trofeo carranza; Habrá que ver mañana la resaca de la pobre playa.
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