( Chrysostome Liége, Témpera sobre papel Manila, 31x22, 2009)
En siete casas en Francia, Bernardo Atxaga elige un exótico y lejano escenario, Yagambi en el Congo Belga de principios del s. XX, para desarrollar una historia llena de personajes curiosos y magnificamente retratados: El Capitán Lalande Birán, poeta obsesionado con hacerse rico en el negocio del marfil y la caoba, para darle siete casas a su ambiciosa y guapísima mujer, de la que está enamorado su lugarteniente Van Thiegel, borracho, mujeriego y con su cabeza siempre dividida en dos; Donatien, asistente del capitán, suministrador de vírgenes negras y siempre escuchando en su interior las voces aconsejadoras de sus numerosos y dispares hermanos; Y Chrysostome Liége, personaje de la ilustración, valeroso, afeminado, enigmático, cristiano e insuperable tirador. Si a todos ellos le unimos un periodista, un obispo, un rencoroso nativo, una espectacular nativa, mandriles, leones y algún elemento más sale una novela muy redonda, entretenida y amena de leer. No tiene las cien historias que encerraba la mágica Obabakoak pero sí una lo suficientemente atractiva para engancharte desde el principio.
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