viernes, 2 de julio de 2010

La Venencia


Aguada de Tinta Parker sobre papel Manila, 31x24, 2010


Hay lugares que, a pesar de los años, mantienen intacto su encanto y su alma aunque sus dueños y camareros no posean ni siquiera un ápice de las cualidades del local y sean más bien sosos y rancios. Es el caso de la Venencia en Madrid, rincón jerezano en la capital, y cuya principal virtud es la de conservarse practicamente igual que hace 40 o 50 años , mantener fiel su filosofía vinatera y aunar su clientela fija con el aluvión de turistas extranjeros que a diario se embelesan con la solera de sus paredes y el polvo de sus botellas. Este ha sido el tercer viaje en el que me dejo caer en su barra y la primera vez que allí dibujo del natural unos apuntitos de mediodía, con el fuerte contraste de luz.

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