Vendimia

Témpera sobre papel, 30x22, 2012
Versión en color de una imagen que en otra técnica, grabado en relieve, mostraré proximamente en una exposición colectiva sobre la vendimia, a celebrar en Septiembre en el Alcazar de Jerez.

Parra con uvas 2

Témpera sobre cartulina,32x21, 2012
Vuelvo a la Parra, a las uvas y a mi patio pero sin acuarelas, versionando el dibujo de ayer con témpera sobre fondonegro para que sirva a la entrada con la que este blog llega a las 50.000 visitas.

Parra con uvas

Acuarela, 38x26, 2012
Ahora que se acerca la vendimia, acuarela nocturna de la parra de mi patio con tres excasos pero exquisitos racimos de uvas.

Muchachas Tristes

Témpera sobre papel, 33x22, 2012

Zumanity

Bailarina del Zumanity, Témpera sobre papel, 33x22, 2012
Uno de los grandes atractivos de Las Vegas es la cantidad de impresionantes espectáculos que los principales casinos ofertan al visitante, siendo la mayoría de la compañía canadiense Cirque du Soleil. Nuestra despedida de la ciudad, en esta novena visita a la capital del juego, ha sido presenciar Zumanity, el lado sensual del Circo del Sol, en el teatro del New York, New York, uno de nuestros casinos favoritos. Tras Le Reve, Blues Men y Mystere, este cuarto espectáculo nos ha vuelto a entusiasmar, con sus espectaculares acrobacias, su genial banda sonora, su estética, su belleza y la fuerte carga erótica, especialmente potenciada en esta obra.

Muchacha sentada

Acrílico sobre papel, 33x22, 2012

Los años del miedo

Fleming agasajado. Acrílico sobre papel, 33x22, 2012
Acabo la lectura de " Los años del miedo", magnífica descripción de la rancia y hambrienta España de la postguerra realizada por Eslava Galán. Entre los personajes que aparecen en el libro está el escocés Alexander Fleming, cuyo descubrimiento de la penicilina, panacea para las enfermedades venéreas, le da tal popularidad que es recibido en todas partes como un héroe y en algunas casas de lenocinio, su figura, en azulejo o en cuadro, es venerada como un santo, con sus guirnaldas, flores y lamparillas de aceite.

Washington D.C.

Iwo jima, Aguada y acrilico sobre papel, 33x22

Nada más propio para viajar a Washington, Distrito de Columbia, que hacerlo en la patriótica compañia aerea US Airwais, cuyo logotipo es la bandera americana. Y es que el turismo que llega a esta ciudad es  mayoritariamente turismo patriótico, americanos que viajan a la capital del país para visitar los innumerables monumentos a la memoria de los padres de la patria yanqui y a las hazañas bélicas de su glorioso ejercito.

Memoriales a Washington, Jefferson,  a Lincoln con su majestuosa escultura sentado y mirando al obelisco , a Luther king y memoriales al cuerpo de Marine, a los veteranos de Korea y a Vietnam entre otros, copan la mayor parte de la monumentalidad de la ciudad.

A parte de esa faraónica monumentalidad memorialística, hay otra más elegante y discreta que me ha gustado mucho más: la de sus esculturas repartidas y escondidas por toda la ciudad; Las de los jardines de las embajadas con Churchil, una viajera de los 40 o un lector de increible fuerza expresiva, la escultura de un cómodo y cercano Einstein, las ecuestres con sus movimientos diferentes a lo clásico y las que pueblan el jardin de las esculturas, obras de Miró, Calder, Bourgeois y Lichtenstein entre otros. También la escultura del Marine Corps War Memorial, junto Arlintong, conocida como Iwo Jima, un icono de la ciudad y cuyo dibujillo me sirve de ilustración.

En Arlintong, el solemne y simétrico cementerio militar, de regulares tumbas blancas sobre un cuidado cesped, lugar donde reposan los restos de miles de americanos caidos en algunas de sus guerras y contiendas, presenciamos a lo lejos el entierro de un marine, llevado ceremoniosamente en coche de caballos y con varias filas de uniformados marines preparados para rendir honores.

Visitamos varios museos como el del Holocausto, el de Historia de América y el del retrato pero el realmente espectacular fue el National Galery de Arte con una impresionante colección de obras maestras de Cezanne, Gauguin, Degas, Picasso, Manet, Toulosse Lautrec, Daumier, Leonardo, Rafael, Velazquez, Murillo, Goya....y tanto más que el museo sólo, hace que valga la pena el viaje a la capital.