lunes, 1 de junio de 2015

El Fin del sordo

Témpera sobre papel Artagain, 23x16, 2015.
El sordo no es sólo un bar que ha cerrado sus puertas hace unos meses, es un lugar que pertenece a mi infancia y a mi memoria más remota y sentimental. Es el Bar de enfrente de la casa en que nací, donde jugué mis primeras partidas a las máquinas de petacos, donde unos monos subían a una palmera, un bar de cazadores donde siempre me sentí atraído por los grupos de galgos que los domingo por la mañana esperaban en la puerta el café y los anises de Fuente de sus dueños , un bar de encuentro, de rancios cantes y de muchos recuerdos. Así que sirva esta imagen de homenaje a ese lugar recientemente perdido y que ya plasmé en alguna ocasión más. Obra inspirada en este dibujillo del 2000.

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