Témpera sobre papel,30x23, 2015
El viernes volví al Villamarta para ver a la Zaranda y de nuevo me volví a encontrar con una obra potente y genial, una obra llena de diferentes sensaciones, con buenísimas interpretaciones y con la estética zarandera más espectacular que nunca. De nuevo el existencialismo, las enfermedades y la muerte en el escenario, y de nuevo las luces convirtiendo a los personajes en obras pictóricas y esta vez, por momentos, escultóricas. Geniales y ya con ganas de que pasen dos años para presenciar su próxima obra.
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