viernes, 25 de marzo de 2016

Sirenita de Copenhage

Sirenita con fabrica de botellas al fondo.Rotulador y acuarela, 2016.
 Esta semana santa he visitado Copenhage, una hermosa ciudad nórdica, llena de monumentalidad. Me recordó a Ámsterdam por sus canales, su intensa vida bicicletera y el humo aliñado de Cristanía, muy semejante a los Coffe shop holandeses, sólo que al aire libre. También aquí hay una monarquía decorativa, sólo que ésta parece ser más creativa, pues su actual reina, Margarita Margeró, ilustró la versión danesa del Señor de los Anillos y su antepasado, el rey Cristian IV, además de empedernido juerguista era el arquitecto de su castillo. Estos nórdicos sobre dos ruedas se consideran la nación más feliz del mundo, algo que contrasta con la angustia existencialista de su afamado paisano Soren. Aquí hay poco paro, sueldos altos, pocas preocupaciones y mucha cerveza, aunque cara, para acercarse a ese ideal de felicidad nórdico. Presumen de un diseño sencillo, elegante y funcional que exportan a lugares como la Ópera de Sidney o el Arco de la Defensa parisino y presumen de ser una ciudad ecológica, con poco tráfico, comidas y cervezas orgánicas y con una política de tejados verdes. De sus museos destaca la extensa obra de Matisse y algunas obras de Modigliani, Diego Rivera o Edward Munch y del paseo por sus calles, una gran monumentalidad escultórica de verdes bronces, con mayoría de obras ecuestres y la variedad y belleza de sus torres. Una ciudad que recomiendo visitar.

2 comentarios:

  1. Salvador Pérez Salas26 de marzo de 2016, 11:41

    Nos la haces cercana. Gracias. Me hubiera encantado ver cómo la hubieras hecho en negro.

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  2. Y más cercana todavía, cuando convierto las 3 chimeneas del fondo en la fabrica de botellas de Jerez.
    Un abrazo, Salvador.

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