Aguada y témpera sobre cartulina, 2017
Anoche volví a reencontrarme y a deleitarme con el universo fatalista y pesimista de mi querida Zaranda, compañía jerezana con 40 años de servicio al público, en sus espaldas. Ayer fueron tres mendigos, 3 indigentes los que batallaban con la vida y la muerte, la pobreza y el destino, los que componían sobre las tablas del Villamarta, la filosofía existencialista de la compañía, fiel a su estética de miserias y penumbras, de elementos que se desdoblan en sus utilidades y funciones: las camillas son cintas trasportadoras, los cubos de basuras, cañones en la batalla, artefactos de hospital que se convierten en cetros, carros de supermercados que son bocas de alcantarillas, camas y tronos. Como siempre, Geniales.
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