Acuarela y rotulador, 2017
Dibujo realizado el pasado mes de noviembre en el cementerio de Sevilla, cuando dibujé el mausoleo de Joselito de mi admirado Benlliure. El cristo recibe ese nombre y su plural, de las mieles, por un fallido milagro o más bien por un milagro de la naturaleza, que le hacía llorar lágrimas de miel en la canícula sevillana. Todo producido por un panal de abejas, creado en su oquedad y que el calor hacía salir por sus ojos y también por la comisura de su boca. A sus pies descansan los restos de su escultor, mi también admirado Antonio Susillo, suicidado dicen por un error cometido en los pies de su único cristo conocido.
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