jueves, 4 de febrero de 2021

Luís de la Pica

Tinta y témpera sobre papel Manila, 2021

Creo que fue en el 94 o el 95, cuando trabajando por primera vez en La Escuela de Arte de Jerez, sustituyendo a Padilla, escuché una voz que me estremeció desde la pizarra en la que explicaba. La voz venía de la cercana taberna La Petra y asomándome ví a un personaje con barba y menuillo de cuerpo que cantaba por bulerías. Cuando acabé, las clase acababan sobre las diez de la noche, me acerqué a la Petra y aún pude saborear alguno de esos añejos cantes, mientras  me tomaba un fino. Fue la primera vez que oí al gran Luís de la Pica, al que no conocía pero del que pronto me hice gran admirador de su cante. Aún hoy sigo escuchándolo con devoción. ¡¡Ole Luís!!.
 

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