Acuarela y rotulador sobre papel, 2021
No, no es una pasarela de moda con el público entusiasmado. La escena representa un pasaje en la vida de Santa Inés, otra vida santa digna de ser contada. Santa del siglo IV, de familia noble romana, tuvo varios pretendientes a los que rechazó por ser fiel amante de Cristo, por lo cual, uno de ellos, el clásico macho despechao y ofendido ante el rechazo, la denunció por ser cristiana y fue perseguida por el cruel Diocleciano, que la condenó a vivir en un prostíbulo donde milagrosamente, permaneció virgen.
Más tarde fue expuesta desnuda en público pero, un pudoroso milagro impidió que mostrara sus verguenzas al crecerle rápidamente los cabellos hasta tapar su cuerpo. Uno que intentó abusar de ella, quedó ciego y finalmente se le acabó su milagrosa suerte y fue degollada en público por lo que pasó a engrosar el largo listado de santas mártires. Sus últimas palabras a su verdugo fueron: " Perezca este cuerpo que puede ser amado por ojos que detesto".
Días después de su muerte, su mejor amiga y hermana de leche, Santa Emerenciana, mientras rezaba ante su tumba, le increpó a los romanos el haber matado a su amiga y fue muerta a pedradas por la turba. Unos tiempos muy salvajes que les tocó vivir a las muchachas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario