Acuarela y rotulador, 2021
De lo mejor de mi estancia rondeña del pasado fin de semana eran los paseos matutinos por una Ronda solitaria y sin un alma por sus calles, solo escuchando el canto de los pájaros y oliendo las humedades que la tormenta dejó en el ambiente, recreándome en las impresionantes vistas que la ciudad ofrece desde ese entorno único y mágico en el que está enclavada.
De uno de esos paseos es este apunte del Arco de Felipe V, dibujado poco después de las 6.30 de la mañana , mientras amanecía con un cielo lleno de nubes, donde aparecía de vez en cuando el sol con su colores cálidos. Quizás sea el único dibujo del fin de semana rondeño que he pintado en total soledad.
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