Acrílico sobre cartón, 40x30, 2015.
Anónimo como la mayoría de los cantaores que suelo representar, quitando algún retrato de Don Antonio Mairena, de Chocolate, Manuel Torre y poco más, mis cantaores son rostros sin nombre, personajes dolidos, de gestos apesadumbrados y tristes, cantaores de tonás, soleares y seguiriyas o cantaores que gritan una pena o un dolor. Son cantaores sin nombre pero con voz.
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