viernes, 29 de septiembre de 2017

Comensales brindando

Témpera sobre papel, 24x16, 2017.
Mi yo creativo añora los ratitos de creación en el benocaceño estudio de Martel, lugar donde la pintura no era cuestión solitaria, sino que era disciplina que se complementaba y alimentaba de las charlas con otros pintores, con momentos gastronómicos, con risas y obras que se creaban en un ambiente distendido y muy cordial, muy lejano del "aquí te pillo y aquí te mato" que tienen la mayoría de mis obras recientes, siempre limitadas  por un tiempo que se roba a la familia y que se crea en una rápida soledad de la que no me quejo, pero que sólo se presta a rápidas impresiones. Estos alegres comensales brindando me han recordado a estos otros, que creé en el mencionado espacio serrano hace 2 años.

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