Témpera sobre cartón, 2018
35 años después vuelvo a pintar el viejo puente del tren, sobre mi querido Genil, paralelo al puente de hierro, un paisaje eternamente añorado, pese al fuerte peso de mi bucólica y frecuentada sierra gaditana, pues es éste rincón que pertenece a mi memoria sentimental y más lejana. Un rincón que pinté del natural en aquel verano lleno de sensaciones y descubrimientos y que hoy me he reencontrado en un paseo lleno de emociones.
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