Tinta, aguada y témpera sobre papel de estraza, 2020
Nunca lo traté pero siempre le voté y varias veces me lo crucé. Recuerdo noches de insomnio en mi pueblo en las que me daba por pasear por las callejuelas del centro a las 4 o 5 de la mañana. En esos paseos, en los que rara vez me cruzaba a alguien me lo encontré más de una vez, cuando era alcalde de Córdoba. Su afición a los paseos nocturnos lo llevaba de vez en cuando a mi cercano pueblo y lo recuerdo paseando por el pórtico de San Rafael, entre Santa Cruz y Santo Domingo. Otra noche salí del Pub El patio para llamar a Cari y en la cabina de la puerta del Sayja estuve un buen rato, esperando que acabaran de llamar. Salió Julio disculpándose por su tardanza. Todas las demás veces, ya no fueron tan cercanas sino en los mítines a los que nunca dejé de asistir, sobre todo en la Sevilla de finales de los 80. Es la primera vez que dibujo a un político y Julio es de los pocos que se merecen un retrato, por su honestidad y autenticidad. Si todos fueran como él, la vida sería más fácil, más vida. Descanse en Paz.
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