Aguada sobre papel Manila, 2020
Un jueves de feria de Jerez, tal día como hoy aunque la feria se haya volatizado, vi torear por última vez al Gran Rafael de Paula. Siempre era un placer, un acontecimiento único, un encuentro muy emotivo asistir cada feria de Jerez a la cita con el maestro de Santiago. Rafael no solía faltar y siempre el cartel era de Paula y dos más, aunque en el cartel fuera acompañado de su amigo Curro Romero, otro diestro con la vitola de Artista y que atesoraba tanta magia y arte como Rafael. Aquella tarde, con toros de Juan Pedro Domecq , iba a resultar histórica pues en ella hizo Rafael su último paseíllo, sus dos toros se le fueron vivos y ante la rabia se arrancó la castañeta en señal de retirada total. Pero los aficionados a su arte nos quedamos con el recuerdo de un montón de detalles llenos de arte, de su toreo lleno de lentitud y personalidad. En cambio su amigo Curro, que firmaba su penúltima corrida, tuvo una tarde pletórica y cortó hasta un rabo. Una tarde para recordar, rematada con un tercer espada también con arte, Finito de Córdoba. Yo fui con mi amigo ubriqueño Martel, pues nuestro otro acompañante de festejos taurinos, Javí, trabajaba en la briega en Sanlúcar y no pudo asistir. Tenía yo pendiente, dibujar una fotografía donde el artista jerezano posa ante la mirada y los pinceles del pintor murciano Ramón Gaya y el recuerdo de Rafael en aquella tarde de hace 20 años lo justifica. A Rafael lo he pintado varias veces más y mi blog es testigo de ello.
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