Rotulador, 2021
No se sabe bien en qué momento se produjo la mutación o la fusión entre buzón y perro, dos de los elementos con los que siempre han tenido que bregar los carteros .
Pero lo cierto es que esta profesión de cartero de toda la vida se ha convertido en un oficio de riesgo y alta tristeza a cuenta de estas criaturas hambrientas de correspondencia y papel matasellado. A pesar de su aspecto fiero y agresivo las cartas favoritas de estos cánidos abuzonados son las cartas de amor y las postales de viajes, cuanto más remotas y lejanas mejor. En cambio se les atragantan, no son de buen recibo y los vuelve muy agresivos recibir facturas y publicidad. En tiempo de elecciones es preferible ni acercarse a estos buzones pues la propaganda política es el colmo de la indigestión para estos seres de alimentación postal.
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