miércoles, 28 de julio de 2021

La Manzanilla


 Boli y rotulador, 2021

Quizás la primera vez que voy a este templo del Vino en Cádiz y no me apoyo sobre su barra para degustar su Manzanilla acompañada de  sus clásicas 2 aceitunas. Pero desde el Jueves pasado hemos cambiado el grado de alerta y volvemos  a desterrar las barras de nuestros codos, a desterrar nuestro cuerpo de ese elemento único y singular que representa la barra, que puede ser de noble caoba como mi añorada  barra del tabanco del Nono en Jerez, emocionalmente artística como la barra del gitano en Écija, en la trasera del casino ecijano, con sus manos sustentadoras que siempre quiero representar como símbolo de lo simple y hermoso que hemos perdido con el tiempo y de forma absurda.

Recuerdo que la primera vez que entré en este querido lugar fue tras la presentación de un libro de mi amigo José Manuel B. A en el palillero , hace casi 25 años y desde entonces se ha convertido en un lugar al que he llevado a mis amigos que visitaban Cádiz  y recuerdo allí copas inolvidables con mi amigo Pablo  o las de hoy con mi amigo Curro, porque hay veces que el lugar tiene una magia, un don , un poder y una esencia que convierte los momentos en esenciales y únicos.

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