Acrílico sobre tabla, 100x43, 2004
En este fin de semana serrano por fín ha acompañado el tiempo y he podido disfrutar de matutinos paseos campestres, con sus correspondientes espárragos- posiblemente los últimos de la temporada- y perderme por una naturaleza cuyos espectaculares paisajes ya empezaba a echar mucho de menos. Una sierra de Mayo muy húmeda y muy verde (otros años por estas fechas ya comenzaba a amarilllear, a dorarse), que derrochaba un colorido vibrante de flores, una tremenda espesura a tus pasos y la mágica banda sonora de pájaros y pasos de arroyos.
Y en el pueblo, con menos encanto de la cuenta por ser estas fechas demasiado politicas, paseos con mi niña, que cada vez se siente más feliz viviendo y disfrutando del entorno serrano.
La vista que muestro es una de las muchas versiones de tejados que he pintado desde la azotea de mi casa, ésta para el concurso de pintura al aire libre de 2004.
¡Precioso, este paisaje de tejas!. Saludos.
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