Témpera sobre cartulina, 30x20, 1995
Un clásico tema de mi etapa portuense, una mujer solitaria en el banco de un parque, unas veces leyendo, otras meditando pero siempre con gestos tristes y apesadumbrados. Quizás lo más llamativo sea el color púrpura del banco, un tanto insólito en mi paleta de entonces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario