Témpera sobre cartulina, 30x17, 1993
Puede ser un torero en un desplante, o tirando la montera al público, para mí es uno de los personajes exagerados, y también entrañables, con tintes expresionistas, que creé de forma compulsiva en mi etapa portuense, en mi céntrico estudio de la calle Conejitos, y que desde ayer recupero para publicarlo en este blog. Seguiré mostrando en este verano algunos de estos toreros de movimientos atípicos y a veces, de cintura rota como algunos de los que ya mostré no hace mucho.
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