Mi gusto por el dibujo al natural, en pequeños cuadernos, viene de apenas quince años atrás, cuando comencé a cogerlo como una costumbre en mis viajes americanos y en las visitas playeras, aunque el primero más extenso es el de un viaje parisino en el 2000. En los últimos años, la costumbre de viajar dibujando ha pasado a ser una necesidad y uno no puede pasar sin dibujar a cada paso, los dibujos son recuerdos con más fuerza que las fotografias y conservo cuadernos de Boston, Nueva York, Pekín, Berlín, París, Marruecos y sobre todo Las Vegas que son mi primera fuente de recuerdos del viaje. Otro antecedente importante de estos dibujos son mis apuntes flamencos del natural, que comencé en La Carbonería sevillana por el 89 y que se han intensificado en los últimos tiempos.
Este año he estado a punto de participar en el Urban Sketching Symposium que se ha celebrado a principios de Julio en Barcelona, al final no pudo ser, pero es curioso que me encuentro uno de mis primeros apuntes del natural de un viaje, y es de Barcelona, un apuntito a aguada con tinta Parker del parque Güel.
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