Acuarela y rotulador, 2017.
Vuelvo al Gran cañón casi 20 años después, entonces ( navidades del 97 ) lo encontré espectacularmente nevado), y aunque mi capacidad de entusiasmo ha disminuido con los años, vuelvo a acaparar multitud de sensaciones ante la grandiosidad y plasticidad del cálido paisaje americano ante mis ojos. Aunque soplaba un viento endiablado, que dejaba a nuestro Levante en suave brisa, me atreví a esta acuarela y a varios apuntillos más.
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