Acuarela y rotulador sobre papel de estraza, 2019.
En mi primer viaje a Roma, hace 17 años, en un restaurante en el que comimos por la zona de Campo de Fiori, nos pusieron de mantel individual un papel de estraza, que a diferencia del gris español, ahí era amarillo ocre, algo que nos encantó al grupo de pintores que éramos, preguntamos donde encontrarlo y al igual que aquí, lo compramos por kilo. Puede que todavía conserve alguno, pero el caso es que me ha servido de soporte para muchos apuntes e ideas y me ha encantado encontrarlo de nuevo con la misma función de entonces: de mantel. Lo hemos visto en varios restaurantes romanos y también en Florencia, en el restaurante Palazzo Tempi, en donde almorzamos y en donde dejé de coger mi cuaderno para dibujar directamente un dibujillo de gente asomándose al río y éste que dibujé en la otra mitad, un poco después y con el viento en contra, de la otra parte del Puente Vechio.
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