Acuarela y rotulador, 2019
Mi cuarto viaje a Italia, el tercero romano, ha resultado más mágico y fabuloso que todos los demás, a parte de la mejor compañía, la familiar, por guiarnos con total libertad de compromisos y horarios, en una ciudad de mil rincones por descubrir, que hemos callejeado como nunca, que hemos vuelto a redescubrir y sentir. Como primera muestra, este apunte dibujado desde la Ostería Baco en Trastevere, un rincón al que fuimos a parar poco después de haber contemplado por primera vez in situ, la impresionante escultura de Bernini, Ludovica Albertina, monja en placentero y expresivo éxtasis que nos recuerda al de Santa Teresa, pero que a mi gusto la supera en calidad. Seguiremos mostrando Roma y Florencia en los próximos días.
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