Acuarela y rotulador, 2019
Hace poco más de un año subí al Castillo de San Angelo por primera vez y quedé impresionado por sus fabulosas vistas, así que en este viaje familiar no podía dejar de hacerlo e intentar dibujar desde la terraza de su cafetería aunque a lo lejos se barruntaba una tormenta que ya hacía sonar algunos truenos y dibujaba rápidos rayos en el gris horizonte. En el tiempo que dura una cerveza pude hacer este rápido dibujo, y acabarlo justo antes de que cayeran las primeras gotas, como me pasó en el último viaje con la Plaza de la Minerva y su elefantino. Después la tormenta nos tuvo encerrado en el castillo más de una hora, hasta que cerró a las 7 y nos fuimos con la escampada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario